domingo, 31 de octubre de 2010

http://www.loscachilos.com.ar/?q=node/6077#comment

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vagabundos del tercer milenio

"Vagabundos del tercer milenio"

Por Eduardo Sanguinetti Filósofo

Manifiesto mi total rechazo a todo tipo de poder, que es feo, malo y
sucio: en dictaduras de facto, como así también en dictaduras
democráticas.

Día a día nos humillan e intentan degradarnos, con la consigna de
instalar "miedo" en el espacio de nuestras naciones, por el estado
de"Inseguridad",en que vivimos: ¿Inseguridad? que cómo espectáculo
ultramediático, fue instalado por el poder, o se tiene alguna duda, de
que la información y noticia reiterada hasta el cansancio desde un
medio de comunicación, sobre tal o cual asesinato, robo, secuestro,
"causa célebre" añoza sin respuesta aparente, deviene en crear en la
información mediática, incluidos hoy Facebook, Twitter y demás
ditritus, que son utilizados de modo básico, pues se remiten
simplemente a intercambiar datos inconexos pero de manera instantánea,
en el afán simulado de comunicar "algo".

Los trascendentes temas que deberían ser analizados y tratados hasta
el cansancio en los Medios de Comunicación y en los Organismos creados
para tales fines, son: Guerras en África, Medio Oriente y Asia, el
genocidio del pueblo palestino, con la muerte de miles de habitantes
de regiones remotas, pero, qué importancia tiene esto para las
Naciones Unidas, y que me dicen queridos lectores acerca de las
migraciones de países emergentes a estados del primer mundo,
conectados al tráfico de prostitutas, drogas y armas que consumen
nuestros jóvenes en procentajes terroríficos, no se podría de una vez
por todas comenzar a finalizar con el flagelo cueste lo que cueste,
pues el poder no está ausente en este tema ,su anuencia es
comprobable... y no se puede ignorar, a nuestros políticos con un
índice de credibilidad en Latinoamérica del 3% como promedio, en
Argentina mi tierra, es del 1,5 % ¿qué tal?, instancia muy grave, ya
que los pueblos no dudan hoy que les están robando el futuro y por
ende la vida de sus hijos. Pero que puedo hacer para torcer la proa de
estos crímenes, se preguntará el ciudadano que vive asustado,
escondido en su habitat esperando al "ladrón" o al "verdugo" que
escatológicamente practique con él y su familia algún ardid, del que
mejor no hablar, instalada en este ciudadano, una paranoia que roza
los límites de patologías severas. Al ciudadano sólo puedo decirle que
se levante encima de la media y haga valer todos sus derechos de los
que debe gozar, no sufrir, y los ponga en acto, pues estamos en Estado
de Derecho, ¿o no es así?.

Ah! y la educación que se promete y no llega, hablo de la que está por
venir, no de la degradada educación para habitantes del siglo XX que
ya fue y la Cultura que no tiene referentes que puedan crear
corrientes de opinión, simplemente se remite a personeros del poder
disfrazados de torpes escribas de baja estofa, que regurgitan lo ya
pensado, lo ya construido, lo ya descubierto , una cultura manipulada
por "prostitutas del conocimiento pret -a- porter", y la humanidad,
pobre humanidad, se cocina un porvenir, borrando huellas.

No olvidemos a los "ricos y famosos" que intentan a cualquier costo y
precio ser inoculados por la vacuna de la Fama y el Éxito. Pero a no
juzgar, más si intentar que persista la memoria, pues es inolvidable
la traición y frente a ella se pueden tomar dos caminos: el del
resentimiento con ansias de venganza y el de la búsqueda de la verdad
sin saber cual sea ésta, que no tiene en común con la realidad sino la
verdad que no conocemos.

No hago sino mención de la ignorancia y la verguenza .Menciono también
las cárceles, los asilos y las neuralgias sociopolíticas, y no olvido
a los distribuidores de premios, sobre la irreflexión y la bajeza,
algo sobre la moral (que es prostituta)...o de la vejez como horror
ejemplar...No hablaré tampoco de imperios en putrefacción, ni de
monarquías, ni de repúblicas estúpidas, ni de dictaduras genocidas, ni
de amor a la patria, ni de abyecta neutralidad...ni del hecho que las
revoluciones no nos han aportado la libertad que no tenemos.

Pero me pregunto lectores de LA REPUBLICA, si no debería de todos
modos presentar alguna cosa optimista, al estilo de los tiranos, cómo
se hace dinero o bien cómo se pierden los amigos y el dinero. Que me
hagan sonreir los que gobiernan, los fanáticos o los mercenarios del
poder, no es casualidad. ¿Cómo se hace de un hombre puro y honesto un
criminal de un día para otro?. Todo es prehistoria altamente
filosófica e insoportable en una humanidad en estado presocial.

Mientras desde los poderes se proponen modelos suaves, dulces,
débiles, tan complejos y sutiles como una caricia...la realidad
dispone y se entrevé rotunda, agria y dura como una trompada.¿Un
Pluralismo Fundamentalista? que se previene contra el cambio
proclamándose la Era del Cambio. Una situación de bajas defensas, para
el advenimiento de todo tipo de nostalgias de disciplina o de obsesión
de diferencia, la puerta abierta a fundamentalismos, racismos,
academicismos y mesianismos camuflados de progreso.

Entonces a modo de corolario, la dictadura militar fue atroz, como
también sus consecuencias, el después, que duro es el después.
Revisionismos oportunistas realizados por Don Nadie, Don Ninguno, Don
Cualquiera, que actúan en nombre del "Nunca Más", de la"Memoria" en un
pliegue de espectáculo, para poder hacer y deshacer en antojo y
capricho lo quesea: armar la historia de personajes inexistentes,
borrar a seres maravillosos que malograrían sus negociados y, la
"Imaginación al Poder"¿Dónde quedó? Como víctima del terrorismo de
Estado, muy humildemente no puedo dejar de manifestar mi desagrado
hacia este sistema, que no se acomoda a lo que en "un tiempo que fue
hermoso" (Sui Generis dixit) esperábamos seguir construyendo, con
nada, pues el secreto radica en liberarse de pensamientos, y que
nuestro instinto y sensibilidad actúen con toda la espontaneidad que
los caracteriza. Y los militares, pobre tipos, los militares y los
políticos, pobres tipos los políticos ellos armaron esta autopista
intransitable, para nosotros "Vagabundos del Tercer Milenio", que aún
hoy en el cielo "protector" nos guian señales,traducidas en noches
estrelladas suprimiendo las causas de fracasos, convirtiéndolas en
prólogo de vidas que merecen vivirse, sin los errores cometidos por
niñas vírgenes que creían en el amor.

ley de medios

Editorial: "Ley de medios: un derecho humano"

Por Eduardo Sanguinetti - Filósofo

Un tema trascendente en Argentina hoy es la Ley de Medios, a la cual
adhiero, en principio por parecerme equitativa, democrática y sobre
todo y ante todo porque considera al lector-espectador un ser en todo
lo que ello implica, y a la comunicación como un derecho humano.

El ciudadano por ende es protegido por esta Ley de Medios ante la
información que recibe a diario, presentándole la realidad y no "una
realidad" dibujada y creada por la mafia de los dueños de los
monopolios de la "comunicación per se" y sus vastos intereses, que
abarcan no sólo lo mediático, sino que se extienden de modo exorbitado
a todo tipo de exclusiones-inclusiones, convirtiéndose en los señores
dictadores de las tendencias de todo tipo, incluidas las que destruyen
toda instancia ética que debe regir en la conformación y construcción
de la opinión responsable en una comunidad libre y no esclava de los
modas, modos y manías que convierten al desprevenido receptor en una
víctima de los caprichos megalómanos de una pseudo elite narcista,
siempre al servicio de tal o cual interés oscuro, privado y sucio, que
devienen en la destrucción de toda capacidad de análisis o
interpretación de noticia instalada, creando una realidad paralela, en
fin, esquizofrenizando al pueblo.

Adhiero a la Ley de Medios, ante todo y sobre todo por favorecer al
pluralismo, al disenso, a borrar de la triste historia de la
comunicación en Argentina "la información monolítica", que tantas
víctimas ha cobrado en su accionar cobarde y artero y censor (me
cuento entre sus víctimas), al servicio de los intereses de los
sicarios de la comunicación de masas, y no puedo dejar de hacer
memoria al arbitrario accionar del multimedios "Clarín", o "América"
en Argentina y por qué no hacer una similitud con "El País" del
Uruguay, que se prestan a los intereses de las oligarquías locales,
que siguen accionando en ambas márgenes del Plata, sumado a los
empresarios de nuevo cuño, neoburguesías ultraliberales, que guiñan su
ojo a las paleoburguesías, esperando entrar en el Nirvana de las caras
de los ricos y famosos, donde conviven desde una modelo devenida en
periodista, hasta un escritor espontáneo de fast-food a la carte,
posando con algún político con su última adquisición en las pasarelas
de la moda, a modo de broche sentimental, un mundo donde pareciera ser
lo que debiera, pero a no engañarse, la vida por suerte camina por
otros senderos, donde la libertad y la verdad tienen una contracara,
tal vez con menos sonrisas, pero con una cuota de placer legítima y
muy gozosa.

Nunca como ahora se han dedicado tantas líneas a los medios masivos de
información en tanto productores y reproductores de la realidad, ya
sea a través de la literatura o el periodismo, productos ambos del
trabajo de especialistas en estas tareas, cuyo final que se convierte
en principio es el establecimiento de la comunicación de quienes les
siguen.

Corroborar lo anterior es tarea sencilla si pensamos en el marco bajo
el cual surge este texto o si revisamos el acontecer nacional: los
medios y sus especialistas hablando cada vez con mayor preocupación y
seriedad de nosotros mismos.

La discusión, desde quienes a través de la academia o de la profesión
nos involucramos en su análisis, siempre ha tenido como punto de
partida y tesis final la crítica institucional: ellos nos dominan,
ellos nos dicen qué hacer, ellos nos dicen cómo debemos portarnos,
ellos nos dicen lo que es correcto y lo que no; en síntesis: ellos,
los medios masivos de información, nos dicen cómo debemos pensar y
acerca de qué.

Pero hoy, desde el pensamiento relativista hasta el absolutista, se
reconoce a la ética como principio clave en el desarrollo de nuestras
acciones, incluidas y obligadas las comunicativas.

Mentir, engañar, deformar, ocultar, cambiar, alterar, convierten a lo
comunicativo en acción antiética. ¿Mienten, engañan, deforman,
ocultan, cambian, alteran los hechos aquellos que hacen periodismo?
¿Son seres antiéticos per se? Hace tiempo millones de seres humanos
dejaron de creer que el mundo es dicotómico, aunque suman otros tantos
millones los que aún lo perciben así.

Nunca un todos pero jamás un ninguno.

Periodismo antiético lo hacen los hombres y mujeres de la profesión
con objetivos inocultables en su afán arribista, quienes obtienen
prebendas políticas o económicas, unos cuántos que utilizan la pluma
simplemente para tomar dictado de aquello que se les indica, los que
esperan recibir una mejor posición en su diminuta esfera de poder, los
que han dejado de creer en el concepto de público, aquellos a los que
el lector no inspira respeto alguno. Se sabe quiénes son, el rumor los
atrapa y la duda sobre sus dichos permanece.

Creemos que son necesarios para validar el trabajo de los otros,
muchos, que son ajenos a juegos como los descritos.

El conflicto radica en aquellos desconocedores de la relevancia de su
rol, a los que nunca podríamos calificar de antiéticos sino de
ignorantes de la Verdad: Es en estos hombres y mujeres en donde se
anidan los más grandes problemas. Muchos de ellos, periodistas muy
conocidos, no han hecho consciente su papel de constructores de la
realidad del espectador.

Las razones: necesidad de un salario, velocidad de una profesión: Este
tipo de periodista desconoce por una historia personal a la sociedad a
la que pertenece, a la que "sirve" e "informa".

Si no está cerca de su lector, en un ejercicio real de atención a sus
preocupaciones, ¿cómo trasmitir la realidad del espectador
desconocido? Cientos de voces apelan a la normatividad desde la ética
de la labor periodística pero antes sería necesaria una formación
integral dentro de la cual está la ética.

Es tiempo de formar en el lector, espectador una percepción ético
crítica respecto a su realidad primero para luego aterrizarlo en la
realidad mediática.

Retomar la agenda de medios asimilándola a la realidad de la que
parece estar divorciada, pero con la intención de ampliarla y hacerla
más compleja, menos reduccionista de los tres o cuatro temas que
dominan la discusión doméstica nacional.

El ejercicio arranca en cuestionar al lector con asuntos como ¿se
parece eso que ves en los medios a aquello que te sucede en el día a
día? No se trata de orillar a nadie a dejar de consumir las realidades
mediáticas en tanto ofertantes de un entretenimiento a veces único en
sociedades sin amplias posibilidades, por cuestiones financieras o
simple desconocimiento.

Bienvenida la Ley de Medios, bienvenida en su afán de reconocer
derechos y deberes en la difusión de la información, en libertad de
opinión, pugnando en que no se obstaculice la relación esencial del
medio emisor y del sujeto receptor de la noticia, una imagen ética en
espacio de convivencia de lo que siempre debe haber sido, un encuentro
de una esperanza forjada sobre los valores imperecederos de todo lo
que implica comunica

mi querido amigo del alma

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